"Enfrentar el fenómeno criminal, exige definir ejes fundamentales y adoptar medidas que tengan un impacto positivo en la preservación de la paz social".
Marcos Emilfork Konow
Fiscal Regional de Los Lagos
La delincuencia ha vuelto a ocupar un lugar relevante en la preocupación
ciudadana. La demanda de seguridad crece frente a la evolución de actos
delictuales que son informados por los medios de comunicación, con nuevas
formas de ejecución cada vez más atrevidas y violentas. Las víctimas exigen
justicia, la gente clama por castigos más severos y critica la forma de
enfrentar el fenómeno.
Enfrentar el fenómeno criminal, exige definir ejes fundamentales y
adoptar medidas que tengan un impacto positivo en la preservación de la paz
social. En este sentido, la actualización del Código Penal se hace urgente, de
forma tal que conforme al ejercicio democrático los delitos reflejen lo que la
comunidad ve como conductas desaprobadas socialmente, como asimismo, una
modificación de la Ley de Responsabilidad Penal Adolescente, que equilibre la
sanción y la resocialización.
Por su parte, deben existir iniciativas que no necesariamente pasen por
modificaciones legales pero que formen parte de este debate, como por ejemplo,
fortalecer la reacción policial inmediata una vez cometido el delito, sin que
ello signifique necesariamente de dotarlos de mayores atribuciones autónomas,
sin perjuicio de que siempre es posible perfeccionar algunas normas. Por ende,
la pregunta a realizarse en esta área, es si la primera reacción policial post
denuncia es realmente eficiente para lograr la detención, recuperar especies o
recoger evidencias que sirvan para probar el hecho. Cualquier operador del
sistema de justicia penal sabe que un buen trabajo en el lugar de comisión del
delito es clave para alcanzar resultados investigativos, al mismo tiempo que
las posibilidades de éxito disminuyen proporcionalmente en la medida que pasa
el tiempo. Aquí está, entonces, el primer nudo, derivado de las disímiles
formas y tiempos de reacción policial frente a la denuncia.
Otro aspecto a observar es el de metas e indicadores comunes. Todas las
instituciones que deben combatir el delito son independientes entre sí, tienen
diferentes dependencias orgánicas, metas y mediciones propias, sin que existan
indicadores de resultados compartidos. Por más coordinación que se trate de
implementar, lo cierto es que finalmente la forma en que se mide la gestión de
las instituciones resulta decisiva a la hora de enfocar esfuerzos y recursos,
especialmente a nivel operativo. Si se parte de la base que una forma de enfrentar
el delito es que se sancione a los responsables del mismo -resultado al cual
legalmente están llamados a contribuir las policías y demás organismos
auxiliares-, la pregunta que debemos hacernos es la forma en que cada una de
las instituciones involucradas efectúa su contribución y si ella se está
midiendo de alguna forma.
Texto publicado en el diario "El Llanquihue" de Puerto Montt, Jueves 30 de Julio de 2015.